A esta altura, lo espero. Después de todo, para mucha gente, hablar acerca de sexo con sus hijos ES raro. Como mi amiga May dijo acerca de tener estas conversaciones con sus hijos de 3 y 8 años: "Su padre y yo estamos muy nerviosos al respecto, así que lo estamos posponiendo"
Parcialmente, esto es porque vivimos en un mundo donde hablar a los niños acerca de sexo es presentado como algo generador de nervios e incomodidades. Incluso como algo peligroso. Además, muchos padres no hablaron con adultos acerca de sexo cuando ELLOS estaban creciendo, y carecen de una referencia clara respecto a cómo hacerlo.
Pero hablar abiertamente con tus hijos es una de las mejores maneras de criarlos con una visión positiva del sexo. Una que desafíe lo dañino de los mensajes convencionales que reciben al respecto.
Pero... y los programas de educación sexual escolares? No se ocupan de ello?
Desafortunadamente, lo que se le dice 'Educación sexual' en muchos lugares son solo programas basados en la abstinencia y el miedo.
Además, incluso si tus hijos reciben una educación sexual comprensiva, reforzar en el hogar lo que aprenden en el colegio ayudará mucho a que crezcan con una visión saludable del sexo, en vez de que sólo sean expuestos al tema un par de veces en el colegio.
Entonces... Que deberías decir? Por donde deberías comenzar? Lo primero es establecer cuales son las metas.
Por ejemplo, querés que tus hijxs tengan información precisa acerca de como funcionan sus cuerpos y como sentirse bien con la corporalidad que habiten? Querés que entiendan la pubertad y reproducción? Como tener sexo agradable, seguro y lleno de placer, ahora o en el futuro? Poder comunicarse con vos respecto al sexo? Poder comunicarse con sus compañerxs respecto al sexo? A tener relaciones saludables? A entender el consentimiento? Evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados? Sentirse cómodo y feliz con su identidad de género y orientación sexual?
Sean cuales fueran tus metas, tener una noción de ellas ayudará mucho a que tus hijos puedan navegar estas aguas de una manera sensata.
Por supuesto, aunque tengas en muy en claro ciertos temas, puede haber otros donde estés desinformado.
Por eso, acá hay 4 cosas que podés tener en mente a la hora de abordar estas conversaciones:
1. Que no se trate solamente de reproducción
La mayoría de las conversaciones que tenemos con nuestros hijos sobre sexo, se llevan a cabo en términos reproductivos. Desde preguntar 'De donde vienen los bebés?' hasta una conversación sobre la pubertad, el vinculo entre la sexualidad y la procreación es una constante.
Pero para la mayoría de los niños y adolescentes, este no es el aspecto más saliente y atractivo sobre el sexo.
Sin embargo, separar el sexo de la reproducción puede ser algo dificil de hacer. Esto es porque entonces se debe hablar sobre el deseo, placer, y cosas como el sexo oral.
Y si tu hijo lo encuentra asqueroso?!
... Los niños encuentran muchas cosas algo asquerosas y eso no los traumatiza.
Pero explicar que mucha gente tiene sexo no para tener bebés, sino porque se siente bien y puede forjar intimidad y conexión, no es algo muy difícil de hacer.
Además, siempre se puede agregar que si algo no suena atractivo, es una buena señal de que un niño todavía no está listo para experimentar con ello! Siempre puedes hacer saber a tus hijos que nunca están obligados a hacer algo que no encuentran atractivo. Y que nadie debería esperar que lo hagan.
2. Empezar a hablar sobre consentimiento a una edad temprana
En los últimos años, hemos visto como emergió un debate público sobre el consentimiento (Que debería haber sucedido hace mucho tiempo, y que es genial que suceda).
Sin embargo, el foco se ha puesto en el consentimiento sobre adolescentes y jóvenes adultos. Y aunque estas son demografías cruciales que abordar, si realmente queremos generar una actitud positiva sobre el sexo necesitamos hablar del consentimiento mucho antes de la adolescencia. Y en maneras que no siempre se relacionen con el sexo.
Al hablar sobre consentimiento con niños jóvenes, se les puede enseñar que necesitan obtener permiso de alguien para tocar a pares y familiares, preguntando cosas como 'Puedo abrazarte?' o 'Puedo sostener tu mano?'
Los niños también necesitan que SUS límites físicos sean respetados por los adultos.
Los adultos a menudo piensan que no hay nada malo con seguir haciendo cosquillas o forcejear con un niño que les pide que se detengan. Pero esto no está bien, y les enseña a los niños que realmente no tienen control o autoridad sobre sus cuerpos.
Pero si sus límites son respetados, entonces pueden empezar a aprender como identificar cuando ciertas líneas son cruzadas. Esto también los ayudará a pensarse a sí mismos ahora, y en el futuro.
También se les debe permitir a los niños cambiar de idea. Por ejemplo, no se les debería enseñar que mantener una promesa es siempre lo más moralmente correcto. Ejercer este código puede hacer que los niños sientan que deben cumplir con algo que anteriormente acordaron, pero que ahora consideran una mala idea o algo que los incomoda.
Con niños mayores, explicá que el consentimiento en el sexo puede ser retirado en todo momento.
Sólo porque le dijiste a alguien que te acostarías con el, no significa que estés obligado a hacerlo. Además, niños y adolescentes necesitan saber que pueden detener cualquier tipo de interacción sexual en cualquier momento. Incluso si ambos están desnudos. Incluso en el medio del acto.
También debe quedar claro que el consenso no debe ser manipulado o coercionado, y que hay ciertas circunstancias en las cuales el consenso no puede ser dado por hecho (Como estar dormido, desmayado o incapacitado por drogas, alcohol, o si se es menor de edad).
Yendo más allá, los adolescentes necesitan entender que no estar del todo seguro si alguien quiere o no tener sexo con vos, significa que NO tenés el consentimiento.
Hasta que no sabés de manera segura si alguien quiere tener sexo, no podés asumir. Esto se mantiene, incluso si ya tuviste anteriormente sexo con esa persona. Sin importar lo que están vistiendo, como estén actuando, o con cuanta otra gente hayan tenido sexo o lo estén teniendo.
3. El sexo toma práctica
Imaginá que les demos a nuestros hijos de 16 años las llaves de nuestros autos, y les dijeramos que vayan a pasear a pesar de nunca haberse sentado detrás de un volante, y mucho menos haber obtenido licencia.
O considerá lo que pasaría si arrojamos a un adolescente de 18 años en una clase universitaria de cálculo avanzado, sin ninguna clase de conocimiento previo sobre matemáticas, y esperáramos buenos resultados.
No hacemos estas cosas, porque sabemos que toman práctica. Partiendo de esto, se entiende que los adolescentes que quieren manejar, o estudiar calculo, necesitan el espacio para aprender a hacerlo antes de esperar de ellos un conocimiento total de la materia.
Pero cuando hablamos de sexo, le negamos a los niños la habilidad de desarrollar sus habilidades, y luego los culpamos cuando las cosas no van bien.
Y aunque hay maneras de que los chicos practiquen el sexo, muchos adolescentes se ven forzados a hacerlo en secreto. Esto puede ser el resultado de ciertas reglas impuestas por los padres. Pero también sucede porque mriar porno, o enviarse fotos desnudos, son cosas ilegales para menores.
Y aunque estas leyes están en teoría puestas para proteger a los niños, en particular el envio de imágenes, a veces pueden hacer mas mal que bien.
Como sostuvo el Dr Peter Cumming, profesor en la universidad York de Toronto y coordinador del programa universitario sobre niños, "Uno puede argumentar que en ciertas maneras, las actividades sexuales virtuales son más seguras para adolescentes que aquellas reales: Nadie nunca resultó embarazada o contagiado con enfermedades de transmisión sexual a raíz de un intercambio online"
4. Permitir a los adolescentes tener pernoctadas
Para muchos padres, la idea de permitir que su hijo adolescente vaya a dormir con su novio o novia (Y mucho menos con una pareja casual o esporádica), les parece algo excesivamente permisivo o directamente negligente.
Sé que eso es algo que a mis padres les preocupo, en mi adolescencia. En última instancia, me permitieron quedarme en lo de mi novio, pero también dejaron perfectamente claro que solo lo hacían porque querían saber donde estaba.
Todos sabíamos que estaban bastante poco satisfechos con toda la situación, y como resultado, regresar a mi casa a la mañana siguiente era incomodo para todos.
Pero en realidad, permitir pernoctadas con compañerxs puede ser una de las maneras mas saludables que un adolescente tiene para aprender sobre sexualidad. No ebrio en una fiesta, ni en la parte de atrás de un auto, o en algún espacio publico.
Además, las pernoctadas pueden enseñar lecciones importantes sobre cuidado sexual.
En un artículo del New York Times, el escritor Henry Alford entrevistó a algunos padres que permitían pernoctadas, y encontró que sentían que la experiencia les había enseñado a sus hijos acerca de responsabilidad, comunicación, y que había reforzado la idea de que la sexualidad no era algo que debía ser ocultada a los padres.
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La sexualidad no es una entidad amorfa que vive separada de nuestros hijos y de la cual hay que protejerlos unitaleralmente. En cambio, es una parte de quienes son y algo de lo que se beneficiarán.
Pero muchos de nosotros vivimos en ambientes donde la apertura ante los niños y el sexo se vé como algo potencialmente dañono. Como resultado, cualquier intento de criar niños sexualmente saludables, puede parecer una batalla cuesta arriba.
Sin embargo, es una batalla que vale la pena pelear.
Y es una que puede significar un cambio crucial en la vida de tus hijos.
Fuente original: http://everydayfeminism.com/2015/12/sex-positivity-in-parenting
Traducido por Arthur Yanik
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