El jueves 17 de enero me tocó estar en San Luis Potosí, ya terminando una visita de tres días, entonces me fui a mi hotel y sin ganas de salir, me puse a navegar en Internet y busqué en Facebook y en algunas páginas de contactos, para ver si lograba conocer a alguien de la ciudad y ¡oh, sorpresa!, como a las 9:00 p. m. localicé un anuncio de una reunión que se realizaría ese mismo día. Enseguida, me puse en contacto y me respondieron con el número de teléfono celular para contacto, de Inmediato llamé y me dijeron que ya había demasiados singles y que si me interesaba, volviera a llamar como a las 10 de la noche.
Seguí navegando hasta que dieron las 10:15 p. m. y volví a llamar, entonces me dieron la dirección y ahora sí me invitaron a asistir, enseguida pasé por -una botella de vodka, unas aguas quinas y llegué como a las 11:00 p. m., era una casa grande, en una zona residencial. Ahí, me recibió un caballero muy amable y me recitó las “reglas para singles”, las que acepté, diciéndome “pues entonces bienvenido, vamos a presentarte”, así que entramos a la sala donde había cuatro parejas y otro single, ya con poca ropa, todos mostraban claramente la alegría y la desinhibición que genera el alcohol y estaban jugando dados con castigo de prendas.
Los asistentes me recibieron bien y amables y una dama dijo con voz fuerte “como acabas de llegar y te llevamos delantera, tienes que quitarte la ropa y solo quedarte con tu calzón”, todos los demás aplaudieron y la respaldaron; por supuesto que inmediatamente comencé a desvestirme mientras ellos tiraban los dados para una nueva jugada. Luego, me indicó una dama “el número más alto pone el castigo al que tira el más bajo”, así siguió el juego hasta que los castigos dejaron sin ropa a la mayoría y comenzaron los castigos sexuales. Ya con más copas encima, los “castigos” se pusieron buenos y comenzó el sexo oral y el intercambio de fajes, todos buscando con quién interactuar y los dos singles esperando a que una dama o una pareja nos invitara a participar.
Después, el marido me preguntó “¿qué no se te antoja cogerte a mi vieja?”, le contesté “claro, está buenísima” mientras me bajaba el calzón y sin más preámbulo, se la apunté y se la metí, enseguida ella se abrió y se inclinó para que llegara más profundo, así que la tomé por las caderas y comencé a bombear, metiéndole y sacándole mi verga con fuerza mientras ella seguía mamando la verga de su marido con más pasión.
Alrededor nuestro, ya todos cogían y el sonido de gemidos, de cuerpos chocando, de muebles crujiendo y una que otra frase cachonda inundaban el ambiente. La orgía estaba en el más alto nivel de calentura y a nuestro lado, una dama era doblemente penetrada por un caballero que no era su marido y por el otro single, la escena era por demás lujuriosa y eso me puso más caliente, lo que provocó que aumentara la fuerza de mis metidas hasta que provoqué que la dama gritara teniendo un orgasmo.
Luego, su marido se levantó sonriendo y otro hombre se colocó en su lugar, al instante la mujer simplemente se metió la verga de ese hombre mientras otro se me acercó y me pidió que lo dejara penetrar a la mujer, entonces me separé y le cedí mi lugar, poniéndome de pie viendo a mi alrededor, había cuerpos desnudos por toda la sala, cogiendo con pasión y con lujuria. A continuación, caminé hacia la mesa de centro a darle un sorbo a mi vaso, cuando sentí que alguien me acariciaba la espalda y las nalgas, era una dama chaparrita, con unos senos pequeños pero redonditos, de cara bonita y unas piernas torneadas que lucían muy bien con las zapatillas altas rojas que no se había quitado.
Su pareja era el que estaba en el trio de la doble penetración, enseguida la tomé por la cintura y la besé apasionadamente, recorriéndole su cuello y sus hombros mientras ella me acariciaba la verga con su mano, luego me empujó hacia un sillón donde me senté. Al momento, ella se fue encima de mí, mamándome la verga, lo hizo por unos minutos y luego, me montó ágilmente encajándose en mi verga y comenzó a galopar rápidamente mientras ella misma se acariciaba los senos y se pellizcaba los pezones. Luego, me tomó por la nuca con sus manos, para “apalancarse” mientras me decía “vas a ver cómo te saco toda la leche, cabrón”.
Esa embestida duró solo unos minutos y lo hizo tan fuerte y tan cachondamente que eyaculé hasta el tuétano y al sentir que me vaciaba, bajó la velocidad y terminó dándome un largo beso mordiéndome las labios, ¡uuufff, qué mujer tan sexualmente poderosa!, dejándome noqueado; ese fue el primer round, la reunión se prolongó hasta las 4:00 a. m. y hubo mucho más acción, toda una orgía pero necesitaría días para escribirlo...
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