KamaDeva: Este corte de pelo me hace parecer gay?

Me corté el pelo el mes pasado. Déjenme refrasearlo: Me afeité la cabeza. Después de ocho años de largo, mayormente natural cabello, era hora. La semilla había sido plantada casi una década atrás, cuando fui voluntaria por primera vez como estilista para un evento en St. Baldrick. Durante los años siguientes, la semilla fue nutrida y regada por varios clientes que se afeitaron sus cabezas sin remordimientos, revelando la liberación del secador y otros productos capilares.

Una vez que decidí que lo haría, opté por unir fuerzas con la fundación Sr. Baldricks. Quiero decir, si me iba a afeitar la cabeza, podría también juntar dinero para una buena causa. También, una vez que escribí y envié el mail para la recaudación, notificando efectivamente a todos a mi alrededor mi plan, no había chance de acobardarme. No era que estuviera asustada, pero solemos apegarnos a estas cosas que hacen a nuestra apariencia, apoyándonos en ellas por hábito. Sabía que no sería fea con una cabeza afeitada, pero honestamente no sabía qué esperar. No sabía la forma que mi cabeza afeitada tendría, cómo se verían las marcas de nacimiento en mi cuero cabelludo o lo que mi línea de cabello haría, entonces me sentía ligeramente aprensiva, contra mi propio juicio.

Sumándose a mi propia aprensión, que estaba batallando constantemente con mi aversión obstinada a regodearme en mi vanidad, estaban las opiniones externas. Fue sorprendente cuántos individuos, amigos o familia, pares o conocidos, tuvieron fuertes opiniones sobre mi decisión.

"No podés donar tu cabello sin afeitarlo realmente?"
"Qué tal un corte tipo pixie?"

"No es demasiado tarde para arrepentirte"
"Te vas a ver re machona (butch)"

"Cuánto tengo que donar para que NO te afeites la cabeza?" (Esa fue de mi madre)

Cuál es el problema? Es sólo cabello. Y es mi cabello. Y aún así todos alrededor tuvieron algo que decir, que no modificó mi decisión, pero sí tuvo éxito minando mi confianza. Sabía que no era la intención de nadie, y ciertamente no quería dejar que me afectara, pero esta chica segura sólo puede lidiar con los comentarios hasta cierto punto y después empieza a sentir los efectos erosivos de los mismos.

El día llegó, y un par de amigos se reunieron mientras mi mejor amigo afeitó mi cabeza. Doné más de un pie y medio de cabello mediante Pantene y recaudé $1900 para St. Baldrick. Resultó que mi cráneo no está tan mal torneado, aunque mis marcas de nacimiento parecían manchas a lo leopardo. Se sintió muy bien tener amigos y extraños acariciando mi cabeza afeitada (aunque ahora creció un poco, así que me la frotan menos) y sí, es tan liberador como me prometían -- más allá aún.

Los comentarios y opiniones sólo se incrementaron, pero al menos ahora que la gente sabe cómo me veo, tienden a ser más positivos. De nuevo, estoy asombrada de la vehemente opinión compartida por otros sobre mi cabello.

"Te ves re machona, y me encanta" Genial

"Te ves re machona, pero me gusta" Ahhh Ok

"Parecés una flor de lesbiana" Bueno, no soy lesbiana, pero tengo una novia, así que...

"Tu pelo es tan gay ahora, pero seguís siendo adorable" Gracias? Un momento... gay no es adorable en general?

"Quiero tomar esa cabeza afeitada tuya y (complete con un adjetivo y verbo explícitos aquí)" Tomátelo con calma!!!!

Lo que encontré fascinante es que pasé de la invisibilidad bi debida a mi cabello largo y apariencia "hetero" a la invisibilidad bi debido a mi cabello corto y apariencia "gay". No tenía idea que tanta gente tuviera sentimientos tan fuertes respecto a mi apariencia, mi cabeza y pelo. Aunque luché con la amenaza de inseguridad esperando un comentario duro o ser juzgada, tengo que admitir que nunca me sentí tan segura entrando a un bar gay. Cuando antes rara vez obtenía un guiño o un cabeceo, sintiendo seguido que las miradas pasaban de mí, ahora tengo a las damas haciéndome ojitos del otro lado del cuarto. Resulta que debería haber hecho esto hace mucho tiempo, cuando era soltera. Este corte de cabello me hace ver gay? A quién le importa?

Si tienes una ligera idea o inclinación de cortar tu cabello, o más aún, de afeitarte tu cabeza, simplemente hacelo.

Maria Burnham